Un fracaso podría llevar a Rabat a recuperar el control total de la zona de amortiguación, actualmente bajo la supervisión de la MINURSO, que de facto ha abandonado su papel y ha hecho la vista gorda ante las incursiones del Frente Polisario.
En un primer contacto desde la ruptura en 2024, Nasser Bourita recibe al enviado de la ONU, Staffan de Mistura, en Rabat.
Esta reunión, en el marco de una gira regional de cara a las consultas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a mediados de abril de 2025, permitió a la Diplomacia Marroquí reafirmar el impulso promovido por Su Majestad el Rey Mohammed VI a favor de la Marroquinidad del Sáhara. Citando el discurso Real del 6 de noviembre de 2024, con motivo del 49º aniversario de la Marcha Verde, Marruecos llamó a la ONU a decidir entre “el paradigma realista” que encarna y una “visión esclerótica” desconectada de la realidad.
Asimismo Rabat reiteró su apoyo a los esfuerzos de la ONU en pos de una solución política duradera, basada exclusivamente en la Iniciativa de Autonomía, en el marco de la Soberanía Marroquí, al tiempo que destacó su Integridad Territorial frente a las demandas separatistas.
En este año en que se celebra el 50º aniversario de la Marcha Verde, Marruecos, se beneficia de un alineamiento político favorable: el regreso de Trump al poder y un creciente consenso internacional a favor del plan de Autonomía Marroquí podrían permitir al Reino poner fin a este conflicto de medio siglo.
Por su parte, Argelia , principal actor en la disputa y sostén militar, financiero, político y logístico del grupo separatista, se encuentra sumida en múltiples crisis. Argel aumenta sus tensiones con Europa –en particular con España y Francia, debido a su apoyo a Marruecos y en el Sahel, donde acoge al opositor maliense Mahmoud Dicko, lo que acentúa su aislamiento regional
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