El Foro Unsilence de Barcelona, celebrado del 14 al 16 de noviembre, pretendía ser un espacio dedicado a la defensa de los derechos humanos y a la solidaridad con Palestina. Sin embargo, el evento reveló una realidad más preocupante: la participación de activistas marroquíes conocidos por sus posturas radicales contra su propio país y su abierta complicidad con figuras del Frente Polisario. Estas personas no se limitan a expresar su desacuerdo; optan deliberadamente por alinearse con agendas extranjeras, fotografiándose y dando visibilidad a actores hostiles a la unidad nacional.
Tal comportamiento trasciende el mero debate; constituye una traición deliberada a su patria.
Participantes como Aziz Ghali, Khadija Riyadi y Ali Lamrabet, al posar descaradamente junto a activistas del Polisario, encarnan lo que cualquier sociedad considera inaceptable: transigir con fuerzas que amenazan la soberanía y la estabilidad de su propio país.
El comportamiento de estas personas va más allá del mero activismo de protesta. Forma parte de campañas organizadas, financiadas por intereses extranjeros, donde cada actor desempeña su papel como un peón en un juego de manipulación cuidadosamente orquestado.
Su discurso sobre derechos humanos es selectivo y parcial: denuncian a Marruecos mientras hacen la vista gorda ante violaciones mucho más graves en otros lugares, particularmente en los campamentos de Tinduf. La reciente votación de las Naciones Unidas ha puesto de manifiesto estas contradicciones y expuesto sus verdaderas intenciones, socavando por completo cualquier intento de legitimación.
En los pasillos del foro, varios activistas vinculados al Frente Polisario se encontraban junto a figuras marroquíes particularmente controvertidas, intentando proyectar la ilusión de una postura común bajo el pretexto de solidaridad con Palestina. Si bien el evento se presentó como una iniciativa comprometida con la causa palestina, la presencia de conocidas figuras separatistas le confirió un tono confuso, donde la comunicación y la puesta en escena eclipsaron en gran medida el supuesto contenido humanitario
