La cooperación económica entre España y Marruecos se consolida con la construcción de una ambiciosa planta desalinizadora en Casablanca, un proyecto estratégico que subraya el dinamismo de la relación bilateral, cuyos intercambios comerciales superan los 22.500 millones de euros.
La secretaria de Estado española de Comercio, Amparo López Senovilla, visitó Casablanca el martes 6 de mayo para reafirmar el apoyo de España a esta iniciativa crucial para la gestión sostenible del agua en el norte de África.
La Ministra Marroquí de Economía y Finanzas, Nadia Fettah Alaoui, también presente en el encuentro, destacó la importancia bilateral del proyecto, cuya financiación acaba de ser acordada con la participación de entidades públicas españolas y privadas marroquíes y españolas.
El consorcio liderado por la española Acciona se encargará de la construcción y operación de la planta, con un decisivo respaldo financiero del Gobierno español, que asciende a 340 millones de euros a través del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, uno de los mayores compromisos bilaterales en materia de infraestructuras sostenibles.
Planta desalinizadora, clave para la seguridad hídrica y el desarrollo regional
Con una capacidad de producción estimada en 838.000 metros cúbicos diarios (cerca de 300 millones de metros cúbicos anuales), la desalinizadora de Casablanca se posiciona entre los proyectos más ambiciosos de África, garantizando el acceso al agua para millones de habitantes y mejorando las capacidades de riego agrícola.
Además de la seguridad hídrica, la infraestructura impulsará la creación de empleo en ambos países y servirá como modelo para otras regiones afectadas por el estrés hídrico y el cambio climático.
«Este proyecto no solo responde a una necesidad vital como el acceso sostenible al agua, sino que también ilustra la excelente situación actual de las relaciones económicas entre España y Marruecos, basadas en la confianza, el respeto y una cooperación empresarial reforzada», declaró López Senovilla.
Un modelo de colaboración público-privada con tecnología de vanguardia
El proyecto, concebido bajo un modelo público-privado a 30 años (tres de construcción y 27 de explotación), integra tecnologías de desalinización de vanguardia alimentadas por energías renovables.
El Gobierno español, comprometido con la internacionalización de sus empresas, ha articulado un sólido dispositivo financiero que incluye un préstamo de 250 millones de euros del Fondo para la Internacionalización de la Empresa (FIEM) para el diseño, construcción y explotación; un seguro de crédito a la exportación de CESCE que cubre el 80% de una financiación de 70 millones de euros concedida por Société Générale; y un préstamo complementario de 31 millones de euros del Fondo para las Inversiones en el Extranjero (FIEX) para la participación de Acciona en la sociedad del proyecto.
La planta desalinizadora de Casablanca refleja el creciente arraigo de las empresas españolas en Marruecos, donde operan más de 350 compañías ibéricas en sectores como infraestructuras, energía, automoción, finanzas y tecnología, contribuyendo a la modernización del tejido económico marroquí.
Marruecos, por su parte, impulsa una política proactiva de desarrollo de infraestructuras, generando oportunidades de cooperación como el suministro de trenes interurbanos por la española CAF para la Copa del Mundo 2030, y proyectos en digitalización, transporte y turismo
