El Consejo de Estado francés rechazó el martes 28 de enero el recurso presentado por la Confederación Campesina solicitando la prohibición de la importación a Francia de tomates cherry y melones de Charente cosechados en el Sahara y etiquetados como originarios de Marruecos. Esta decisión marca una victoria significativa para Rabat en un caso en el que se cruzan cuestiones comerciales, jurídicas y diplomáticas.
Remitido por la asociación, el más alto tribunal administrativo francés consideró que los ministros encargados de economía y agricultura no podían prohibir legalmente estas importaciones, una decisión que es competencia exclusiva de las autoridades europeas.
Un Estado miembro no puede, unilateralmente, prohibir la importación de productos agrícolas cuyo etiquetado no se ajuste a las normas de la Unión”, recordó el TJUE en su sentencia C-399/22, respondiendo a una pregunta prejudicial del Consejo de Estado.
El tribunal europeo ha excluido claramente la posibilidad de que un Estado miembro adopte restricciones a la importación.
Por lo tanto, el Consejo de Estado no tuvo más remedio que constatar la incompetencia de las autoridades francesas en la materia, rechazando así el recurso de la Confederación Campesina.
Un revés para los detractores de Rabat
Esta decisión es un éxito para Marruecos, que considera cualquier intento de cuestionar el origen de sus exportaciones agrícolas como una maniobra política contra su soberanía territorial.
Frena los esfuerzos de las organizaciones consideradas cercanas al Polisario y refuerza la posición de Rabat en sus intercambios comerciales con la Unión Europea.
El gobierno francés, que mantiene estrechas relaciones económicas y diplomáticas con Marruecos, siempre se ha asegurado de cumplir con el marco jurídico europeo. Esta prudencia encontró un eco en el análisis del Consejo de Estado, que recordó que la política comercial era competencia exclusiva de Bruselas.
En la práctica, esta decisión garantiza la continuación de las exportaciones agrícolas nacionales a Francia, un mercado esencial para los productores marroquíes.
Para Rabat, esta aclaración judicial aleja el espectro de un precedente que podría haber complicado el acceso de sus exportaciones a los mercados europeos.
