El gobierno español lanzó una operación militar sin precedentes en la ciudad ocupada de Melilla, desplegando unidades del ejército a lo largo de la frontera con Marruecos, y la describió como una “medida preventiva” para contrarrestar “señales de una amenaza estratégica”.
El Mundo informó que las operaciones militares actuales incluyen “reconocimiento de rutas y vigilancia estrecha de la zona”, una medida que envía un mensaje claro:
España no tolerará ninguna violación del concepto de “soberanía nacional”, incluso si es virtual o simbólica.
Agregó que en la ciudad se encuentran desplegados efectivos de la Brigada Táctica GREG 52, especializada en combate en terrenos accidentados y urbanos, equipados con equipo avanzado y vehículos de alta maniobrabilidad.
La acción militar española llega en un momento muy delicado, con la agenda internacional repleta de profundas preocupaciones de seguridad: la actual invasión rusa de Ucrania, la escalada de tensiones entre Estados Unidos y China y el regreso de Donald Trump a la prominencia global.
Rabat no se ha pronunciado aún sobre la acción militar española, y parece mantener un alto grado de moderación y calma en su enfrentamiento con Madrid, dado el acercamiento entre ambos países, que culminó con el apoyo de España a la Soberanía Marroquí sobre el Sáhara
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