El Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el servicio español de contrainteligencia, ha reducido considerablemente sus actividades en Marruecos durante más de tres años, dejando sus antenas locales casi abandonadas, informa diario El Mundo.
Según fuentes cercanas al caso, este repliegue se llevó a cabo con tal magnitud que solo queda una presencia administrativa mínima, desprovista de operaciones efectivas en materia de inteligencia o contrainjerencia.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el servicio español de contrainteligencia, habría reducido gradualmente sus actividades en Marruecos durante más de tres años, hasta el punto de inoperar las antenas que antes albergaban a sus agentes, según informa el diario El Mundo.
Este retroceso, nunca motivado oficialmente, coincide con la evolución de la posición diplomática de Madrid con respecto al Sáhara.
Una retirada discreta e inédita
Según fuentes informadas sobre el expediente, la reducción del personal y los recursos del CNI en Marruecos ha alcanzado tal magnitud que hoy solo queda una presencia limitada a funciones estrictamente administrativas, desprovista de operaciones efectivas en materia de inteligencia o contrainjerencia.
“Solo queda una estructura de fachada, esencialmente encargada de garantizar misiones de representación y enlace. Toda actividad operativa ha cesado”, se informó.
Esta reorganización, llevada a cabo sin anuncio público, se inscribe en la estela del cambio de orientación de Madrid sobre la cuestión sahariana.
En marzo de 2022, el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, dio su apoyo al plan de autonomía propuesto por Rabat y a la soberanía total de Marruecos.
Esta alineación marcó el comienzo de una nueva era en las relaciones entre los dos países, después de un período de marcadas tensiones diplomáticas.
Una presencia una vez estructurada y estratégica
Antes de esta inflexión, los servicios españoles disponían de infraestructuras clandestinas que permitían albergar equipos especializados en varias áreas sensibles: lucha contra el yihadismo, vigilancia de los flujos migratorios, análisis estratégico y protección de los intereses económicos españoles.
Estos dispositivos se desmantelaron por etapas, antes de ser desactivados por completo. No se ha observado ninguna reactivación de estas capacidades hasta la fecha.
“Todo transcurrió con la mayor discreción. Los equipos recibieron la orden de abandonar el territorio marroquí, sin una explicación detallada. Se trataba sobre todo de evitar cualquier fricción con Rabat ”, dice un antiguo ejecutivo de inteligencia.
Un tema delicado dentro del CNI
El CNI, por su parte, niega cualquier retirada masiva y asegura que “las necesidades de inteligencia en Marruecos están plenamente cubiertas”. Sin embargo, internamente, varias voces se alzan para expresar su perplejidad ante una decisión considerada difícil de entender. “Marruecos no es una zona de conflicto abierto, pero sigue siendo un territorio clave para los intereses estratégicos de España.
Retirarse de esta manera genera verdaderas preguntas”, confiesa un miembro de los servicios
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