Marruecos inició oficialmente, el miércoles 7 de mayo, un procedimiento de convocatoria de manifestaciones de interés en dos partes, destinado a identificar a los futuros adjudicatarios del contrato para la construcción de una nueva terminal en el aeropuerto Mohammed-V de Casablanca (CMN), el más concurrido del país. Esta infraestructura a gran escala, anunciada para el horizonte 2029, aumentará la capacidad de la plataforma en 20 millones de pasajeros anuales, según la Oficina Nacional de Aeropuertos (ONDA, director del proyecto).
El coste estimado de las obras asciende a 1.600 millones de dólares estadounidenses (USD), es decir, unos 16 mil millones de dirhams marroquíes (MAD). La futura terminal se presentará como una cabeza de puente continental, totalmente dedicada a los flujos internacionales, y será servida por una línea ferroviaria de alta velocidad, que conectará Casablanca con Rabat y Marrakech.
Una respuesta a las exigencias de una asistencia creciente
Esta gran empresa forma parte de una estrategia nacional de expansión de la capacidad aeroportuaria, que prevé duplicar la recepción global hasta alcanzar los 78 millones de pasajeros al año. Esta perspectiva responde a una exigencia apremiante nacida del auge turístico y de los próximos plazos deportivos, en primer lugar la organización conjunta de la Copa del Mundo de Fútbol en 2030 con España y Portugal.
El año pasado, Marruecos superó un umbral histórico, con 17,4 millones de visitantes extranjeros registrados en 2024, lo que supone un aumento del 20% respecto a 2023. Las previsiones del Ministerio de Turismo anuncian una asistencia que alcanzará los 26 millones de viajeros en 2030.
Una infraestructura en la encrucijada de las ambiciones nacionales
La nueva terminal de Casablanca deberá combinar el rendimiento logístico, la exigencia arquitectónica y la fluidez de los trayectos de pasajeros, al igual que las plataformas internacionales más logradas. Constituirá, en palabras de la ONDA, “una palanca estructurante de la radiación aérea al servicio del desarrollo económico de Marruecos”.
Este anuncio se produce en un clima de profunda reorganización del panorama aeroportuario marroquí, cuya expansión acompaña tanto a la transformación de los usos de la movilidad como a la voluntad del Reino de afirmarse como vínculo entre los continentes africano, europeo y americano
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