Rabat está explorando actualmente varias opciones para adquirir un submarino el modelo ruso de clase Amur.
Este submarino de quinta generación destaca por su avanzada tecnología de propulsión independiente del aire (AIP), que proporciona una mayor autonomía y operaciones submarinas excepcionalmente discretas gracias a una importante reducción de las necesidades de oxígeno.
La base naval de Ksar Sghir, inaugurada en 2019, juega un papel estratégico para la Royal Navy, no solo por su proximidad al Estrecho de Gibraltar, sino también como punto de anclaje para operaciones en el Atlántico.
El refuerzo de sus infraestructuras con la incorporación de un submarino demuestra la creciente importancia que Marruecos concede a la seguridad marítima, a la lucha contra las amenazas transnacionales y a la preservación de sus intereses económicos y estratégicos en el mar.
La elección de un submarino de clase Amur refleja también una diversificación estratégica de las asociaciones militares de Marruecos.
Aunque el reino ha mantenido tradicionalmente estrechas relaciones de defensa con países como Estados Unidos y Francia, el interés en la tecnología rusa subraya el deseo de ampliar sus horizontes e integrar equipos de diferentes arsenales militares.
Este proyecto se inscribe en una dinámica más amplia de modernización de las fuerzas armadas marroquíes, que incluye también la adquisición de fragatas y corbetas de nueva generación.
El objetivo final es proporcionar al país activos marítimos capaces de responder a los desafíos de seguridad contemporáneos, afirmando al mismo tiempo su condición de potencia regional esencial en el ámbito marítimo.
Al reforzar así su flota, Marruecos pretende no sólo proteger sus fronteras marítimas y sus recursos naturales, sino también desempeñar un papel más activo en la seguridad regional, en particular en un contexto marcado por crecientes tensiones geopolíticas y cuestiones económicas vinculadas a las rutas marítimas internacionales
