El silencio del Gobierno Marroquí ante cuestiones cruciales desencadena un torrente de preguntas, especialmente después del reciente desmantelamiento de una célula terrorista a gran escala vinculada al grupo Estado Islámico-Sahel.
La falta de una reacción oficial a esta operación, aunque aclamada internacionalmente, ha sido fuertemente criticada por observadores y medios de comunicación locales.
Durante su programa semanal emitido en el sitio web Barlamane.com, la periodista Badria Attalah denunció “la indiferencia del poder ejecutivo ante las preocupaciones económicas, sociales y de seguridad de la población marroquí”. “Ella reproba particularmente la falta de comunicación gubernamental tras la detención de personas sospechosas de fomentar ataques terroristas. ¿Cómo puede el gobierno pasar desapercibido un evento de tan gravedad? Se preguntó, señalando una gestión considerada opaca de los expedientes sensibles.
Este desmantelamiento, operado por los servicios de seguridad marroquíes, ha sido ampliamente cubierto por la prensa extranjera y destacado por varios expertos en lucha contra el terrorismo. Sin embargo, ni el jefe de gobierno Aziz Akhannouch ni su portavoz consideraron necesario mencionar la operación en el último consejo del gobierno, una pasividad que muchos analistas luchan por explicar.
Además de este episodio de seguridad, Badria Attalah destacó la creciente angustia de una franja de la población, especialmente tras el terremoto de 2023, que dejó a miles de personas en una situación precaria. También criticó la política de importación de alimentos que, según ella, favorece a los grandes operadores económicos en detrimento de las clases medias y desfavorecidas.
A continuación, la presentadora emitió un conmovedor vídeo sobre el sufrimiento de una ciudadana marroquí en medio de la pobreza y la precariedad. Con este testimonio, quiso ilustrar la trágica realidad vivida por muchos marroquíes en los douars marginados y las ciudades relegadas al olvido, especialmente después del terremoto de 2023, que dejó a miles de personas sin hogar. Ante este drama, se indigna por la inacción del gobierno, que permanece impasible y no brinda el apoyo necesario a las víctimas del siniestro.
Badria Attallah también atacó a las políticas gubernamentales de importación, criticando con vehemencia la introducción en el mercado de carnes extranjeras que, lejos de mejorar la situación, solo la ha agravado. En su opinión, estas decisiones solo enriquecen a los más ricos al tiempo que perjudican a la clase media, mientras que los más pobres ya ni siquiera tienen los medios para permitirse carne.
Relaciones culpables
En la segunda parte de su programa, Badria Attallah señaló a algunas figuras controvertidas, acusándolas de transmitir los discursos del régimen argelino y de maniobrar en secreto para orientar la opinión pública, entre ellas Ali Lmrabet y Fouad Abdelmoumni.
También abordó el caso de Hicham Jerando, a quien describe como un instrumento en manos de Ilyas El Omari.
Afirma que ha multiplicado las reuniones secretas en España y Francia con personas poco recomendables y le desafía a desmentir estas acusaciones. Según ella, este último también habría reclutado a Mehdi Hijaouy, que habría frecuentado la sede del PMA.
Como cierre de su intervención, Badria Attallah envía un mensaje directo al gobierno, instándole a asumir sus responsabilidades y a preocuparse por los verdaderos desafíos que afectan a la población, en lugar de limitarse a los asuntos comerciales y las transacciones económicas
