El jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita, afirmó el domingo 10 de noviembre, “que no puede haber paz y prosperidad compartidas en África sin un estricto respeto de la soberanía y la integridad territorial de sus Estados”. Añadió “que una coexistencia armoniosa dentro del continente también requiere el respeto de las reglas de buena vecindad entre los países africanos”, una alusión casi explícita a Argel.
En su discurso pronunciado en la primera conferencia ministerial del Foro de Asociación Rusia-África en Sochi, en presencia de sus homólogos de Rusia y países africanos, el Sr. Bourita precisó que “es crucial recordar ciertos principios fundamentales” para que la voz de África sea escuchada en los asuntos mundiales. Para él, “los socios de África deben abandonar cualquier actitud paternalista, el continente es plenamente capaz de gestionar sus propios desafíos”. Indicó “que no se podrá lograr ningún progreso real si algunos países africanos se arrogan, unilateralmente y sin ninguna forma de legitimidad, el papel de supuestos estados tutelares de la región cuando en realidad solo persiguen agendas estrictamente nacionales”.
El ministro insistió en que, respetando estos principios esenciales, la voz africana ganará en poder y amplitud. Dijo: “No es África la que necesita el resto del mundo; en verdad, es el mundo el que necesita cada vez más África”.
El Sr. Bourita continuó señalando que “nuestro continente lleva una voz única en todo el mundo, la de una región rica en su historia y diversidad, orgullosa de su condición de cuna de la humanidad y llena de promesas para el futuro, gracias a sus considerables potenciales económicos y demográficos”.
También señaló que la asociación entre Rusia y África, que tiene un claro potencial de crecimiento, debería basarse en las prioridades fundamentales de África.
De cara a la próxima cumbre Rusia-África, el Sr. Bourita recomendó “centrar la reflexión en las perspectivas de cooperación en los ámbitos de la seguridad alimentaria y la seguridad energética”.
Además, constó la plena disponibilidad de Rabat para cooperar en el marco de estos encuentros entre su continente de origen y su socio estratégico, Rusia, revelando que “Marruecos siempre ha mantenido una posición constante y coherente sobre la urgencia de traducir los compromisos en acciones concretas a través de iniciativas ambiciosas y proyectos estructurantes al servicio del desarrollo humano, así como de la seguridad alimentaria, energética y climática y de la seguridad global”.
Esta primera reunión ministerial, que reúne a los ministros de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia y de los Estados miembros africanos de las Naciones Unidas, sigue a las cumbres de San Petersburgo (2023) y Sochi (2019)
