Las Autoridades Marroquíes anunciaron el lunes 24 de febrero el desmantelamiento de una célula terrorista afiliada al grupo Estado Islámico (EI), conocida como “Los leones del califato en el Gran Magreb”, que estaba planeando ataques a gran escala en el territorio nacional.
Esta operación, llevada a cabo simultáneamente en las ciudades de Laâyoune, Casablanca, Fez, Taounate, Tánger, Azemmour, Guercif, Oulad Teïma y Tamesna, llevó a la detención de doce individuos, sospechosos de preparar actos terroristas a instancias de un ejecutivo de la EI que opera en la región del Sahel.
El jefe de la Oficina Central de Investigación Judicial (BCIJ), Habboub Cherkaoui, que dirigió la investigación en coordinación con la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST), puso de relieve la gravedad de las conductas del grupo detenido.
Según los primeros elementos de la investigación, los sospechosos planearon ataques coordinados contra infraestructuras sensibles y objetivos estratégicos, con el objetivo de sembrar el caos y desestabilizar el país.
Los registros realizados en las casas de los sospechosos permitieron la incautación de un arsenal de armas blancas, documentos que abogan por la ideología extremista y material electrónico destinado a la propaganda y la comunicación con ejecutivos del EI en el extranjero.
La investigación preliminar también reveló que algunos miembros de la célula habían recibido instrucciones directas de responsables del grupo terrorista que opera en el Sahel, una región que se ha convertido en un foco de creciente actividad de la organización yihadista.
Una amenaza persistente en un contexto regional problemático
Marruecos, gracias a una política de vigilancia constante y a un riguroso sistema de seguridad, ha sabido frustrar numerosos intentos de atentados a lo largo de los años.
Sin embargo, el desmantelamiento de esta célula confirma la persistencia de la amenaza terrorista, alimentada por la inestabilidad que prevalece en varias regiones del Sahel y del norte de África.
La participación de un ejecutivo del EI con sede en el Sahel en la planificación de los ataques subraya la creciente importancia de esta región como base trasera para los grupos extremistas que buscan extender su influencia al Magreb.
El auge de las facciones terroristas en las zonas fronterizas, combinado con la porosidad de las fronteras, favorece la circulación de armas y combatientes, aumentando así el riesgo de infiltración y conspiraciones transnacionales.
Cooperación en materia de seguridad y respuesta judicial
Los doce individuos detenidos se encuentran actualmente bajo custodia policial bajo la supervisión de la fiscalía encargada de los casos de terrorismo. Continúan las investigaciones para identificar a los posibles cómplices y remontar la cadena de mando que orquestó este intento de ataque.
Marruecos, reconocido por su enfoque proactivo en la lucha contra el terrorismo, sigue perfeccionando su cooperación con sus socios internacionales para anticiparse y neutralizar las amenazas emergentes.
Los servicios de seguridad marroquíes intercambian regularmente información con sus homólogos europeos, estadounidenses y africanos, lo que permite obstaculizar las redes yihadistas antes de que entren en acción.