euromagreb3 نوفمبر 2022آخر تحديث :

 

Durante su reciente viaje diplomático a Marruecos, la ministra de Asuntos Exteriores apoyó el plan marroquí de autonomía para el Sáhara. Este enfoque plantea dificultades con respecto al respeto del derecho internacional.

Durante su reciente visita diplomática a Marruecos, la nueva ministra belga de Asuntos Exteriores, Hadja Lahbib, dio su apoyo al “Plan Marroquí para la Autonomía del Sáhara”. Así, ha declarado que “Bélgica considera el plan de autonomía presentado en 2007 como un esfuerzo serio y creíble de Marruecos y como una buena base para una solución aceptada por las partes”. La “solución” a la que se hace referencia es la que debería poner fin al conflicto del Sáhara Occidental, que ha estado esperando una resolución durante casi 50 años. Está claro que esta posición rompe con la actitud tradicional de Bélgica y que está en contradicción con el derecho internacional.

Varias resoluciones internacionales

Como recordatorio, el Sáhara Occidental es una antigua colonia española, la mayor parte de cuyo territorio está bajo la ocupación de Marruecos, que lo anexó formalmente al proclamar allí su soberanía. Esta ocupación ha sido denunciada reiteradamente por Naciones Unidas, que ha afirmado el estatus de “territorio no autónomo” del Sáhara Occidental y el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Esta opinión fue confirmada por la Corte Internacional de Justicia en una opinión emitida en 1975, que concluyó que “los elementos y la información puestos en su conocimiento no establecen la existencia de ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sáhara Occidental por un lado por un lado, el Reino de Marruecos por el otro”. Más recientemente, en una sentencia dictada en septiembre de 2022, la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos subrayó además que “la continuación de la ocupación [del Sáhara Occidental] por parte de Marruecos es incompatible con el derecho a la libre determinación del pueblo [saharaui] y constituye una violación de este derecho”. En varias sentencias dictadas entre 2016 y 2021, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea recordó que “el territorio del Sáhara Occidental no forma parte del territorio del Reino de Marruecos” y que cualquier decisión que afecte al estatuto de este territorio presupone “que el pueblo del Sáhara Occidental ha expresado [su] consentimiento”.

Descartada una posibilidad de independencia

Todos estos principios fundamentales no parecen haber sido tenidos en cuenta cuando la Ministra expresó su apoyo al plan marroquí, considerándolo como un
“buena base” para resolver el conflicto. ¿Qué proporciona exactamente este plan y cómo es problemático según las normas internacionales aplicables? Presentada en 2007 en el marco del proceso de negociación iniciado bajo los auspicios de las Naciones Unidas casi veinte años antes, la “Iniciativa marroquí para la negociación de un estatuto de autonomía para la región del Sáhara” no prevé, como sugiere su nombre, que la autonomía del territorio, “en el marco de la soberanía del Reino y de su unidad nacional”. Descarta así en principio cualquier posibilidad de independencia del Sáhara Occidental, al excluir esta opción de ser propuesta en un futuro referéndum. Sin embargo, el derecho a la autodeterminación del que goza el pueblo saharaui también incluye, según el derecho internacional, la posibilidad de alcanzar la independencia, sobre la cual el pueblo interesado debe poder expresar su voluntad de manera “libre y auténtica”.

Un plan que apoya la anexión

La perspectiva del plan ha sido explicada en numerosas ocasiones por el Rey Mohammed VI. En 2014 declaró que “la iniciativa de autonomía es lo máximo que puede ofrecer Marruecos” y que “la soberanía de Marruecos sobre todo su territorio es inmutable, inalienable e innegociable”.

Por lo tanto, el plan de autonomía tiene como objetivo, en su principio mismo, legitimar y consolidar la anexión del Sáhara Occidental. Es en esto que el apoyo de Bélgica a este plan resulta especialmente problemático, ya que supone aceptar la premisa de la soberanía marroquí.

Enfrentada, como hemos visto, a una ocupación/anexión ilegal, que implica la violación del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, Bélgica tiene, por el contrario, la obligación internacional de no reconocer ni fomentar las reivindicaciones marroquíes de soberanía. En aplicación del principio de autodeterminación, sólo la libre voluntad del pueblo saharaui -parte en conflicto nunca nombrada por la ministra durante su discurso- puede determinar el estatuto del Sáhara Occidental, sin excluir la independencia como exige la iniciativa marroquí. Desde este punto de vista, sorprende que el ministro no haga ninguna alusión a la posición de la población bajo ocupación, expresada en particular a través del plan presentado en 2007 por el Frente Polisario, organización reconocida por la ONU como representante de la legitimidad de el pueblo saharaui.
En el mismo discurso, la ministra Hadja Lahbib se refirió a la defensa de la integridad territorial de Ucrania y el rechazo a las anexiones ilegales llevadas a cabo por Rusia, condenando “la violación de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas”. El derecho a la autodeterminación está consagrado en esta misma Carta y la ocupación marroquí del Sáhara Occidental constituye una flagrante violación del mismo así como un ataque al respeto de su integridad territorial, reconocida para los territorios no autónomos del mismo modo que para Estados

Es lamentable que la ministra de Asuntos Exteriores haya optado, cediendo a la ofensiva diplomática de Marruecos, por ignorar el derecho internacional en su planteamiento de la cuestión del Sáhara Occidental, dando la impresión de que puede ser invocado y aplicado con geometría variable, según se trate de eres un aliado o un enemigo, un fuerte o un débil. Todavía hay tiempo para hacer un análisis más adecuado de la cuestión y corregir la posición oficial de Bélgica, ajustándola a las exigencias del derecho internacional.

*Firmantes: Eva Brems, Profesora de Derecho Internacional en UGent; Olivier Corten, profesor de derecho internacional en la ULB; Eric David, Profesor Emérito de Derecho Internacional en la ULB; Christophe Deprez, profesor de derecho internacional en la ULG; François Dubuisson, profesor de derecho internacional de la ULB; Pierre Klein, profesor de derecho internacional de la ULB; Vaios Koutroulis, profesor de derecho internacional de la ULB; Anne Lagerwall, profesora de derecho internacional en la ULB; Profesora Julie Ringelheim de Derecho Internacional en la UCL; Tom Ruys, profesor de derecho internacional en UGent; Françoise Tulkens, profesora emérita de derechos humanos en UCL; Raphaël Van Steenberghe, profesor de derecho internacional en la UCL; Patrick Wautelet, profesor de derecho internacional privado en ULG.

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