Las reacciones exageradas de la numerosa delegación argelino, incluido Ben batouche, tras la elección de su candidata a la vicepresidencia de la Comisión de la UA oscurecen la realidad de una diplomacia que intenta ocultar su fracaso bajo la apariencia de éxito.
Es incuestionable que Marruecos tenía ambiciones legítimas de obtener el puesto de vicepresidente, sobre todo después de haber consolidado su influencia en la UA al favorecer a Mahmoud Ali Youssouf, Ministro de Asuntos Exteriores de Yibuti y aliado cercano, para la presidencia de la Comisión.
Lejos de ser una derrota para Marruecos, este veredicto se explica por varios factores:
1. La ausencia de 6 países:
Amigos y aliados estratégicos de Marruecos: Gabón, Níger, Burkina Faso, Malí, Guinea y Sudán , suspendidos de su derecho a voto en la UA debido a sanciones, (como resultado de los golpes militares que sufrieron), así no pudieron participar en estas elecciones.
Su participación seguramente podría haber cambiado el curso de los resultados.
2. Una influencia marroquí consolidada en la organización:
Marruecos mantiene una fuerte posición estratégica dentro de la Unión Africana, ocupando el puesto de Director General de la Organización, en el tercer rango jerárquico, en la persona del Sr. Fathallah Sijilmassie.
3. El apoyo indiscutido a la candidata marroquí y la incapacidad de Argelia para afirmarse:
La candidata marroquí gozó de un importante apoyo por parte de muchos países africanos, que la apreciaron por su perfil y sus competencias.
Por el contrario, la candidata argelina, ampliamente desaprobada, vio cómo Argelia ejercía una considerable presión diplomática para ganar las elecciones.
Esta presión se manifestó con la implicación directa del Estado argelino, con la movilización de su presidente, sus ministros, una treintena de diplomáticos y agentes de inteligencia.
Sin olvidar el ya conocido uso de las “maletas argelinas” para compensar las aparentes debilidades de la candidata.
4. El proceso electoral y sus problemas reales:
Los resultados de estas elecciones no reflejan una victoria rotunda de Argelia, sino más bien un compromiso diplomático en el que el equilibrio de poder dictó de alguna manera el voto, más que la simple adhesión a campos ideológicos.
El resultado de estas elecciones se decidió después de seis rondas de votación, al final de una feroz batalla diplomática, donde cada voto fue ferozmente disputado, aunque argelia juega con ventaja, goza de dos votos, el del país de su creación, el que cobija en su territorio, un país que no existe pero puede sentarse y votar en un órgano continental.
los resultados de las rondas:
Primera ronda
La candidata argelina Malika Haddadi. 21 votos
La candidata egipcia Hanan Morsi. 6 votos
La candidata marroquí Latifa Akharbach. 21 votos
Segunda ronda
Haddadi. 23 votos
Morsi. 7 votos
Akharbach. 18 votos
Ronda 3
Haddadi. 24 votos
Morsi. 2 votos
Akharbach. 22 votos
Ronda 4
Haddadi. 26 votos
Akharbach. 22 votos
Ronda 5
Haddadi. 26 votos
Akharbach. 22 votos
Ronda 6
Haddadi. 26 votos
Akharbach. 22 votos
En la séptima ronda, Malika Haddadi ganó el puesto con 33 votos.
5. La ostentosa puesta en escena:
Una delegación tan numerosa, acompañada de una excesiva cobertura mediática, da testimonio de la herencia derrotista del bando argelino.
Este último celebra ahora su acceso a una posición secundaria como una victoria de primera importancia, mientras que antes del decisivo regreso de Marruecos dominaba las sombras de la UA.
En realidad, Argelia sólo está restableciendo un equilibrio, después de años de predominio, y no logrando un triunfo decisivo.