Israel anunció este viernes que había llevado a cabo una serie de ataques aéreos contra varias áreas estratégicas de Irán, incluyendo instalaciones nucleares y cuarteles militares. Esta operación, descrita como “preventiva”, ya ha causado importantes daños humanos y materiales, mientras que Teherán promete una respuesta “dolorosa”.
Según las autoridades israelíes, “decenas de objetivos militares, incluidos objetivos nucleares” fueron alcanzados por la Fuerza Aérea en varias provincias iraníes. La capital, Teherán, fue sacudida por violentas explosiones, especialmente en el sector oriental de la ciudad, donde se encuentra el cuartel general de los Guardias de la Revolución Islámica (IRGC, según su acrónimo inglés), órgano ideológico del ejército iraní.
Se observaron llamas y humo espeso en los alrededores del edificio en cuestión, informó la televisión pública iraní. Según la agencia oficial Irna, varios edificios residenciales también se vieron afectados, lo que provocó la muerte de civiles, incluidos niños.
En la provincia de Isfahan (centro), la instalación nuclear de Natanz, el principal centro de enriquecimiento de uranio del país, ha sido afectada en varias ocasiones.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que el sitio había sido dañado, especificando que estaba vigilando “con extrema vigilancia una situación profundamente preocupante”.
Las agencias iraníes, en particular Mehr y Tasnim, informaron de la muerte del general Hossein Salami, comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, así como la de Gholam Ali Rashid, alto miembro de esta misma organización. Dos destacados científicos del programa nuclear también estarían entre las víctimas.
Un alto funcionario de seguridad israelí dijo que era “probable” que el jefe del Estado Mayor iraní, el general Mohammed Bagheri, hubiera muerto en los ataques.
Un acto justificado por “la defensa de Israel”
Para Israel, Irán es una amenaza estratégica insostenible. El ministro de Defensa, Israel Katz, calificó esta ofensiva de “ataque preventivo del Estado de Israel contra Irán”. Invocó la persistente hostilidad de la República Islámica y la falta de garantías sobre la naturaleza exclusivamente civil de su programa nuclear.
El día anterior, el OIEA había adoptado una resolución condenando a Irán por su incumplimiento de sus obligaciones internacionales. Esta resolución, apoyada por varias potencias occidentales, había sido aplaudida por Tel Aviv, que la veía como “una toma tardía de conciencia de un peligro inminente”.
El presidente estadounidense Donald Trump había pedido, en una declaración pública, a Israel que no llevara a cabo los ataques. Unas horas antes de su ejecución, había afirmado que “un acuerdo estaba a la mano” sobre el expediente nuclear iraní. Sin embargo, el secretario de Estado Marco Rubio dijo que Estados Unidos “no estaba involucrado en los ataques israelíes”, destacando que “la máxima prioridad de Washington sigue siendo la protección de sus fuerzas en la región”.
“Israel nos hizo saber que consideraba esta operación como una necesidad para su seguridad”, agregó Rubio, sin expresar apoyo directo a esta acción calificada de “unilateral”.
Reacciones internacionales y estado de alerta regional
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, prometió a Israel “un destino amargo y doloroso”. Los Guardianes de la Revolución han jurado “vengar la muerte de sus líderes”.
El espacio aéreo iraní ha estado cerrado hasta nuevo aviso, al igual que el del vecino Irak. Israel, por su parte, ha decretado el estado de emergencia en todo su territorio, ha suspendido todos los vuelos y ha aumentado los dispositivos de seguridad.
El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, hizo un llamamiento a la “máxima retención”. En Washington, la Casa Blanca anunció la convocatoria de una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
El ataque israelí fue duramente criticado por el senador Jack Reed, principal demócrata en el Comité de Fuerzas Armadas del Senado de los Estados Unidos, quien lo describió como “una decisión alarmante” y “una escalada imprudente que puede encender la violencia regional”.
La reacción de los mercados no se hizo esperar: el precio del barril de petróleo subió casi un 12% en un día, lo que demuestra la preocupación de los inversores por la amenaza de importantes interrupciones en el suministro mundial, con Irán entre los diez principales productores mundiales de oro negro.
La celebración de la sexta ronda de negociaciones entre Irán y Estados Unidos, inicialmente prevista para el domingo en Mascate bajo los auspicios del Sultanato de Omán, parece ahora comprometida
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