Detenido en Tetuán por las autoridades Marroquíes, el yihadista Mohamed El Gharbi, que huyó de España despojándose de su pulsera electrónica.
Condenado por haber reunido y movilizado a detenidos encarcelados por delitos yihadistas, con el fin de mantenerlos apegados a los principios de Daesh.
Las actividades de El Gharbi no se limitaron a los presos ya condenados por terrorismo: supuestamente también buscó “radicalizar, adoctrinar y reclutar nuevos seguidores” entre otros presos, a través de lemas y símbolos asociados con ISIS.
La Audiencia Nacional le condenó a 7 años y medio y una multa de 1.800 euros.
Había logrado transformar la prisión donde estaba encarcelamiento en un lugar de difusión de su ideología gracias a activas actividades de proselitismo, reclutamiento y adoctrinamiento entre la población carcelaria