Evocando las dimensiones económicas y comerciales de la relación bilateral, el Embajador de Marruecos en Perú, insistió en la complementariedad estructural entre las economías de los dos países. “Marruecos y Perú no están en una lógica de competencia, sino de complementariedad. Las razones de esta evidencia residen en la propia geografía. Nuestras economías ofrecen un potencial notable, pero nuestros intercambios se quedan por debajo de las oportunidades concretas de cooperación”. Recordó que Marruecos es ahora uno de los puntos de anclaje esenciales del comercio y los servicios en la zona atlántica africana, y que como tal, ofrece un acceso privilegiado a los mercados de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), pero también a los corredores logísticos euromediterráneos.
Esta posición abre, según él, el camino a un diálogo estructurado entre las dos fachadas atlánticas del continente africano y sudamericano.
Con motivo del sexagésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Perú, el embajador de Rabat en Lima, Amin Chaoudri, entregó al sitio (guik.pe) una lectura lúcida y prospectiva de una asociación que califica de “madura y transformadora”, en la intersección de las ambiciones continentales y las afinidades culturales.
– Una relación reanumada por elecciones soberanas
Cuando se le preguntó sobre el estado de las relaciones bilaterales, el diplomático recordó que “las relaciones diplomáticas entre Marruecos y Perú se establecieron en 1964 y se consolidaron en los años ochenta con la apertura de las embajadas en Lima y Rabat”. Insiste: “Gracias a las decisiones soberanas adoptadas por el Estado peruano, en particular la suspensión en 2023 de cualquier vínculo con el “Polisario”, se ha abierto una nueva etapa, basada en el respeto mutuo y una voluntad compartida de construir una asociación estratégica sólida”.
También evoca hitos diplomáticos recientes, como la visita a Lima del presidente de la Cámara de Consejeros, Mohamed Ould Errachid, o “la celebración del “Día del Reino de Marruecos” en el Congreso, la VII Reunión de Consultas Políticas en Lima y la llegada de delegaciones parlamentarias peruanas a Rabat”, lo que demuestra, según él, “un diálogo político y parlamentario de un nivel notable”.
– Puertos atlánticos para conectar los continentes
Desde una perspectiva de desarrollo geoeconómico, el embajador formula una propuesta concreta: “Aspiramos a concretar un ambicioso proyecto de asociación estratégica portuaria que conecte los puertos de Callao, Chancay y Paita con sus homólogos marroquíes de Casablanca, Dakhla y Tánger-Med, con el fin de facilitar los intercambios bilaterales”. Señala que “quedan por finalizar varios proyectos de acuerdos de cooperación” y aboga por “una hoja de ruta que canalice estas aspiraciones en actos tangibles al servicio del bienestar compartido”.
– Sobre el Sahara: derecho, historia y constancia
Cuando se le preguntó sobre la cuestión del Sahara, el embajador volvió con firmeza a la legitimidad de la posición marroquí: “Este año, conmemoramos el 50 aniversario de la Marcha Verde, un evento pacífico que reafirmó el compromiso del pueblo marroquí con su integridad territorial.
Este momento es una oportunidad para promover un diálogo informado sobre el Sahara, basado en el derecho internacional y el contexto histórico”. Recuerda que “el propio Marruecos, en 1963, solicitó la inclusión del Sáhara en la lista de territorios no autónomos de la ONU, y propuso en 1981 un referéndum de autodeterminación”.
La decisión de la Corte Internacional de Justicia de 1975 se cita como fundamento jurídico: “confirmó la existencia de vínculos jurídicos, históricos y políticos entre Marruecos y el Sahara”.
El diplomático añade: “La propuesta de autonomía de 2007, calificada de seria, creíble y realista por la comunidad internacional, ofrece un marco moderno para el ejercicio de la autodeterminación, respetando la soberanía nacional”. Según él, más de “120 países, incluidos Estados Unidos, España, Francia, Reino Unido, Brasil, Panamá, El Salvador y Guatemala, apoyan este proyecto”.
Por último, lamenta la “intransigencia de la Polisario y el apoyo diplomático, financiero y logístico que algunos Estados continúan ofrecéndole, a pesar de sus responsabilidades directas en este litigio”, recordando que “las últimas resoluciones del Consejo de Seguridad piden a estos Estados que se involucren seriamente en el proceso político”, al tiempo que señala “las crecientes preocupaciones sobre los vínculos documentados del Polisario con las redes terroristas en el Sahel”.
– Una alianza económica aún en desarrollo
En el terreno económico, el embajador hace una observación lúcida: “Quiero decir muy claramente que Marruecos y Perú son dos países complementarios y no competidores, por razones tan obvias como la geografía. A pesar del importante potencial que ofrecen nuestras economías, nuestros intercambios comerciales están muy por debajo de las posibilidades reales de cooperación”. “A pesar de esto”, afirmó, “el interés del sector privado por explorar las perspectivas africanas está creciendo, y Marruecos puede servir como plataforma estratégica para acceder al continente.
En este sentido, queremos promover misiones empresariales, foros de inversión y vínculos directos entre los sectores privados de los dos países, con el fin de sentar las bases de una cooperación económica complementaria. Esperamos que este año abra una nueva página de nuestra relación comercial”.
Indica que el comercio bilateral alcanza “apenas 75 millones de dólares” y sufre en particular “la triangulación de productos a través de terceros países”.
Sin embargo, se subraya “el creciente interés del sector privado por explorar los mercados africanos”, así como “la voluntad de promover misiones empresariales y foros de inversión”.
– África, futuro compartido de Marruecos y Perú
Por último, el diplomático sitúa el diálogo marroquí-peruano en la vasta estrategia de Marruecos a escala africana: “Marruecos, como puerta natural de África, promueve una cooperación Sur-Sur inclusiva que resuena con las aspiraciones de América Latina”.
El Sr. Chaoudri evoca la “estrategia atlántica” llevada a cabo por Su Majestad el Rey Mohammed VI como “un proyecto estructurante, basado en la pesca, la desalinización del agua, la economía azul y las energías renovables”, destinado a conectar los 23 Estados Atlánticos africanos. “El puerto de Dakhla está llamado a desempeñar un papel esencial en esta articulación intercontinental”, argumenta.
En términos de agua y energía, Marruecos se ofrece como socio técnico: “Marruecos tiene una experiencia avanzada en desalinización, con estaciones en Dakhla y Casablanca, y un conocimiento reconocido en energías renovables”. Este saber hacer, concluye, “podría contribuir a acelerar la transición energética de Perú”
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