Esto está sucediendo ahora en las salas oscuras de los que toman las decisiones y del pensamiento geopolítico global. No hay vuelta atrás. Parece que el régimen argelino se enfrenta a una verdadera crisis existencial, una crisis que no puede ocultarse detrás de promesas vacías y reformas formales. Años de mala gestión y la falta de una voluntad real de reforma han llevado al país al borde del colapso.
El movimiento popular que comenzó en 2019 fue un grito de dolor y rechazo al régimen que drenaba la riqueza del país y no satisfacía las necesidades más básicas del pueblo.
Estas demandas ya no son meros gritos de justicia, sino que ahora son un llamado para salvar a un país entero… y para derrocar a un régimen corrupto que ha destruido cultivos y personas.
A pesar de todo esto, el régimen continúa con sus intentos desesperados por sobrevivir, recurriendo a soluciones parcheadas y prácticas represivas.
Sigue resistiéndose al cambio real aferrándose al poder, ignorando que el pueblo ha perdido la paciencia. Seguir ignorando las demandas del pueblo y aislarse sólo conducirá a más resentimiento y rechazo, y con ello la caída del régimen se hará más inevitable.
Lo que vemos hoy no es un conflicto entre un régimen y un pueblo, sino un conflicto entre el deseo de vida y el apego a la muerte política. El final está cerca, y el final sólo será el comienzo de una etapa más amarga si no hay una voluntad real de reconciliar a los pueblos… y partir hacia Rusia o países donde puedan residir…
#No_estoy_satisfecho
#~un_estado_civil_y_no_militar
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