*Marruecos, Francia, España, Libia, Malí, Níger, Emiratos: la marginación diplomática de Argelia nunca ha sido tan flagrante*

euromagreb1 أكتوبر 2024آخر تحديث :
*Marruecos, Francia, España, Libia, Malí, Níger, Emiratos: la marginación diplomática de Argelia nunca ha sido tan flagrante*

Desde 2021, Argelia se ha encontrado en el centro de varias crisis diplomáticas con su vecindad directa, así como con varios países del África subsahariana, incluidos Malí, Níger y Libia.
Estas tensiones acentúan el creciente aislamiento del régimen que se está radicalizando, en una región marcada por trastornos políticos y crecientes rivalidades geopolíticas.

La última parte del punto muerto entre Marruecos y Argelia se refiere a la decisión de Argel de restablecer un régimen de visados para los ciudadanos marroquíes, citando acusaciones fantasiosas de “despliegue de agentes de inteligencia sionistas” en su territorio. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Argelia, Rabat aprovecharía la exención de visados para permitir que los agentes israelíes accedan al territorio argelino. Este anuncio se produce después de que la fiscalía de Tlemcen revelara, a principios de septiembre, la detención de varias personas, incluidos cuatro marroquíes, acusadas de pertenecer a una red de espionaje destinada a dañar las instituciones de seguridad y administrativas argelinas, una maquinación de la inteligencia. Argelia aboga -y este es el núcleo del problema- por una posición anti-israelí con una consonancia antisemita y un apoyo a los movimientos separatistas y armados como el Polisario.

Argelia-Francia: Una relación tumultuosa con acentos de memoria

Las relaciones entre Argel y París, ya debilitadas por litigios históricos y conmemorativos, experimentaron un nuevo giro en 2024, cuando el gobierno argelino llamó a su embajador en Francia en julio, tras el reconocimiento por parte de París de la soberanía marroquí sobre el Sahara. A esto se sumó la cuestión migratoria, con un récord de visados denegados a los ciudadanos argelinos, vinculado a cuestiones de cooperación en el ámbito de la readmisión de migrantes en situación irregular. Esta medida fue percibida como una afrenta por Argel, agravando una situación ya tensa por las recientes críticas sobre la gestión de los derechos humanos y la libertad de prensa en Argelia.

España: El espectro del gas y la cuestión sahariana

Las relaciones con Madrid también se han visto marcadas por crecientes tensiones en 2024, principalmente relacionadas con divergencias sobre la cuestión del Sahara. En 2022, España había apoyado la posición marroquí. Desde entonces, las relaciones con Argelia se han deteriorado, lo que ha llevado a la suspensión, en 2022, del tratado de amistad entre los dos países. En 2024, esta ruptura diplomática se tradujo en una disminución significativa de las entregas de gas a España, que Argelia ha diversificado a otros mercados europeos. Argel también reprochó a Madrid su creciente colaboración militar con Rabat, percibida, por el régimen militar argelino, como una amenaza directa para la seguridad regional.

Crisis en el Sahel: Argelia alimenta la inestabilidad en Libia, Malí y Níger

En el sur, Argelia se enfrenta a una zona saheliana cada vez más inestable. El año 2024 estuvo marcado por una serie de giros políticos y de seguridad en Malí, Níger y Libia. Las autoridades malienses, en ruptura con Francia, han reforzado sus vínculos con Rusia, lo que ha provocado preocupaciones en Argel. En enero de 2024, Argelia, al expresar su desacuerdo con las soluciones militares preconizadas por Bamako, precipitó el fin del acuerdo de Argel de 2015. La creciente participación de Rusia en Libia, apoyada por las autoridades del este del país, también ha socavado los intentos argelinos de circunscribir el conflicto. En abril de 2024, Argel denunció lo que calificó de “militarización creciente de la crisis libia” y reafirmó su apoyo al proceso de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas, sin poder influir de manera decisiva en el curso de los acontecimientos, exacerbado por las fricciones fronterizas con las tropas del general Haftar.

La situación en Níger, donde un golpe de Estado militar derrocó al gobierno elegido en julio de 2024, ha exacerbado las tensiones regionales. Argelia, que aboga por la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, se negó a apoyar los llamamientos a una intervención militar para restablecer al presidente derrocado Mohamed Bazoum, prefiriendo fomentar soluciones diplomáticas. Sin embargo, la inestabilidad en Níger hace temer una propagación de la inseguridad en las puertas del sur de Argelia.

Emiratos y Argelia ya no se llevan bien

En 2024, Argelia también experimentó una serie de disensiones diplomáticas con los Emiratos Árabes Unidos (EAU), añadiendo así un nuevo elemento a la lista de tensiones internacionales que socavan el país. Históricamente, las relaciones entre Argel y Abu Dhabi han estado marcadas por divergencias de puntos de vista sobre varios temas regionales, en particular en lo que respecta a Libia y el apoyo a los diferentes actores políticos dentro de este país en medio de la guerra civil. Este año, estas tensiones se han amplificado y han adquirido una dimensión más abierta y directa. El principal punto de discordia entre Argelia y los Emiratos sigue siendo la cuestión libia. Los Emiratos se han posicionado a favor de una solución política inclusiva, bajo los auspicios de la ONU, mientras que Argel ve el aumento de los actores internacionales en el conflicto como un gran peligro para él, en particular con la participación de Moscú.

Otro tema de fricción se refiere a la cuestión palestina. Argelia ha criticado con vergenta los acuerdos de Abraham firmados entre los Emiratos e Israel en 2020. El presidente argelino Abdelmadjid Tebboune expresó públicamente en enero su desacuerdo con esta orientación emiratí, calificando la política exterior de Abu Dhabi de “oportunista” y contraria a los intereses del mundo árabe.

Los Emiratos, que desean aumentar su presencia en el norte de África y el Sahel, han participado en varios proyectos de desarrollo y cooperación en materia de seguridad en la región, especialmente en Níger, Malí y Mauritania. Estas intervenciones “a veces han sido percibidas por Argelia como un intento de reducir su papel tradicional como mediador y potencia regional en el Magreb y el Sahel”, según los medios de comunicación del régimen argelino. En mayo de 2024, Argel expresó su preocupación por lo que considera una “injerencia emiratí” en sus asuntos de vecindad inmediata, especialmente en Malí, donde los Emiratos han aumentado su cooperación militar con los nuevos maestros de Bamako.

Según las fuentes de Barlamane.com, varios contratos de energía e infraestructuras firmados entre empresas argelinas y emiratíes se suspendieron en junio, lo que alimenta los rumores de desacuerdos más profundos sobre la cooperación económica. Fuentes cercanas al expediente dentro de los círculos diplomáticos han confirmado que estas tensiones económicas “resultaban directamente de las divergencias políticas en los expedientes regionales”.

Con Bamako, una guerra de palabras

En la 79a sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el coronel Abdoulaye Maïga, primer ministro interino y portavoz del gobierno maliense, pronunció un discurso que marcó un punto de inflexión en las relaciones diplomáticas entre Malí y Argelia. Este discurso se produjo en un contexto de crecientes tensiones entre los dos países, exacerbadas por la situación de seguridad en el Sahel y la gestión de las alianzas militares. Según los círculos argelinos, la relación entre Bamako y Argel se ha deteriorado como resultado de “el acercamiento estratégico de Malí con Rusia, en particular a través de la presencia de los mercenarios del grupo Wagner. Desde entonces, Argelia ha visto disminuir su influencia, mientras que Bamako recurriendo a otros socios superpoderosos para luchar contra los grupos terroristas”.

Argelia está preocupada por el aumento de la inestabilidad en el norte de Malí, una región fronteriza esencial para su seguridad. Argel ve aumentar el sentimiento de exclusión en las discusiones estratégicas en torno al Sahel. En su discurso ante la ONU, el coronel Abdoulaye Maïga abordó directamente las críticas de Argelia sobre la gestión de la seguridad de Malí y la presencia de fuerzas extranjeras. Defendió el derecho soberano de Malí a elegir a sus socios, afirmando que el gobierno maliense era responsable de la seguridad de su territorio y que tomaría las decisiones necesarias para proteger a su pueblo y su integridad territorial.

El Sr. Maïga reiteró la importancia de las alianzas militares de Malí con potencias extranjeras, sin mencionar directamente a Rusia, pero subrayando que la cooperación militar con socios externos era una necesidad ante la creciente inseguridad en el Sahel”. Malí es un Estado soberano, libre de sus opciones estratégicas, y no tenemos lecciones que recibir de nadie”, dijo. También destacaba los éxitos militares obtenidos por el ejército maliense y sus socios en la lucha contra los grupos armados en el norte.

La crisis diplomática entre Argelia y Malí pone de manifiesto profundas divergencias sobre cómo gestionar la situación en el Sahel. Mientras que Argel aboga por una base regional sin interferencia externa, Malí, bajo la dirección de sus autoridades militares, parece estar cada vez más orientado hacia asociaciones no africanas, como la de Rusia

 

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