Muchos hablan del referéndum como una solución viable. ¿Pero saben por qué nunca vio la luz del día?
1. En 1975: España abandona el territorio, reclamando por Marruecos, tras la marcha verde
Marruecos recupera su soberanía histórica sobre el Sáhara
la Corte Internacional de Justicia (CIJ) reconoce los “lazos jurídicos” de Marruecos con el Sáhara , pero no la soberanía precolonial.
El Polisario, apoyado por Argelia, proclama la “RASD”.
Inicio de un conflicto armado.
2. En 1991, el alto el fuego preveía a la celebración de un referéndum de autodeterminación.
Pero inmediatamente surge un problema importante: ¿quién puede votar?
La MINURSO debía elaborar un censo electoral basado en el censo español de 1974.
3. Este censo estaba incompleto y desactualizado.
El Sahara era una región nómada. Muchos saharauis no estaban registrados y, entre 1974 y 1991, miles emigraron a Marruecos o Mauritania.
Quién debería incluirse en la votación?
5. Durante 10 años, la MINURSO intentó identificar a los votantes.
Ella validó 86.000 electores… ¡pero el Polisario impugnó 79.000 de ellos!
El proceso quedó paralizado por estas protestas en cadena.
6. En 2000, la ONU finalmente reconoció que el referéndum era inaplicable.
James Baker, enviado especial de la ONU, propuso entonces otra solución: dar autonomía a los saharauis antes de una posible votación sobre el estatuto final.
7. Pero el Polisario y Argelia se niegan.
Sólo quieren un referéndum con la independencia como única opción posible.
Marruecos, por su parte, ofrece una amplia autonomía bajo su soberanía.
8. El fracaso del Plan Baker II (2003) muestra claramente que el Polisario bloquea cualquier solución.
Propuso una autonomía temporal de 5 años antes de un referéndum. El Polisario lo aceptó inicialmente… antes de retractarse bajo la presión argelina.
9. Argelia pretende ser un simple “observador”, pero bloquea cualquier solución exigiendo un referéndum imposible.
También se niega a contabilizar a los saharauis en los campamentos de Tinduf, impidiendo así saber cuántos viven realmente allí.
10. En 2007, Marruecos presentó su Plan de Autonomía ante la ONU.
Este plan es acogido por la comunidad internacional como una solución realista y sostenible.
Garantiza a los saharauis la gestión autónoma de sus asuntos, bajo soberanía Marroquí.
11. El plan de autonomía Marroquí prevé la creación de órganos legislativos, ejecutivos y judiciales locales, permitiendo a los saharauis gestionar sus asuntos internos, dejando al Estado poderes soberanos como la defensa y la diplomacia.
12. Esta propuesta ha sido acogida por varios actores internacionales como una base realista para las negociaciones.
Se considera una solución viable respetando el derecho a la libre determinación a través de una autonomía ampliada.
13. El referéndum, aunque a menudo se considera su realización, no es una condición sine qua non para la autodeterminación.
Soluciones alternativas, como el plan de autonomía, pueden satisfacer las aspiraciones de un pueblo y al mismo tiempo garantizar la estabilidad.
14. La MINURSO….?
Creado para organizar el referéndum, fracasó en su misión.
Pero sigue existiendo… salvo que su mandato ha evolucionado: ya no habla de referéndum, sino sólo de supervisar el alto el fuego y apoyar una solución política.
15. Por qué el referéndum no es una obligación?
El derecho internacional reconoce varias formas de libre determinación.
La independencia no es la única opción.
La autonomía es una solución legítima y acorde con las prácticas de las Naciones Unidas.
16. Quienes insisten en el referéndum como única solución en realidad están bloqueando cualquier salida al conflicto.
El Polisario sabe que este referéndum es inaplicable, pero sigue blandiéndolo para evitar cualquier compromiso.
17. Hoy en día, cada vez más países apoyan el plan de autonomía como la única y realista solución.
Incluso la ONU ya no habla de referéndum, sino de una solución política mutuamente aceptable.
18. En conclusión:
El referéndum es un callejón sin salida.
La autonomía es la única solución viable, de acuerdo con el derecho internacional.
Quienes siguen exigiendo un referéndum no quieren la paz sino un punto muerto.