Acompañado por una delegación económica y política de primer nivel, el presidente francés Emmanuel Macron aspira a dar un nuevo aliento a las relaciones entre París y Rabat, en un contexto de crecientes rivalidades geopolíticas.
Esta visita, articulada en torno a la defensa, la aeronáutica, las energías renovables y la cooperación migratoria, subraya la voluntad de París de relanzar su asociación estratégica con Rabat y, sobre todo, de apoyar muy concretamente la soberanía Marroquí sobre el Sahara, tras la declaración de julio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, comienza el lunes una visita de tres días a Marruecos, marcando un paso estratégico en el calentamiento de las relaciones bilaterales después de varios años de disidencias diplomáticas.
Este desplazamiento, “altamente simbólico y estratégico”, informa la prensa francesa, tiene como objetivo un reposicionamiento global de Francia tanto hacia Marruecos como hacia el Magreb.
En esta ocasión, Emmanuel Macron está acompañado por una delegación excepcional de 120 personas, que incluye seis ministros, una cincuentena de empresarios de primer nivel y miembros influyentes de la Asamblea Nacional.
Esta movilización demuestra la voluntad de París de acentuar su asociación con Rabat, “un pilar de la estabilidad” en una región atormentada.
En un contexto marcado por relaciones cada vez más distantes entre Francia y Argelia, en particular desde las disputas en torno a la memoria colonial, el chantaje del régimen de Tebboune y la reducción de los visados concedidos por París, Marruecos aparece “como un socio estratégico ineludible”. Francia busca así restablecer una cooperación multilateral con Marruecos que podría desempeñar un papel central en la gestión de los desafíos regionales relacionados con la seguridad, la migración y la economía verde.
La dimensión económica de esta visita es primordial.
La delegación francesa incluye a los directores generales de Naval Group, Airbus, Safran y Thales, actores importantes de la industria de la defensa y la aeronáutica.
Francia pretende satisfacer las crecientes necesidades de modernización militar de Marruecos, un sector estratégico para el Reino que dedica unos 133 mil millones de dirhams a la defensa en 2024.
Entre los proyectos en curso, Francia desea finalizar la venta de varios buques patrulleros y sistemas de radar, por un importe estimado de 500 millones de euros, consolidando así el papel de Naval Group como proveedor privilegiado de Marruecos.
Cooperación más equilibrada
En el aeronáutica, la colaboración se intensifica en torno a la modernización de la flota aérea marroquí. El acuerdo previsto podría, según algunas indiscreciones, incluir el suministro de nuevos aviones Airbus A220.
La transición energética también está en el centro de los debates, con especial atención a las energías renovables. Marruecos, que espera alcanzar el 52% de la electricidad de origen renovable para 2030, es un terreno fértil para inversiones masivas en energía solar e hidrógeno verde. Engie y EDF, dos gigantes franceses del sector energético, quieren invertir más de mil millones de euros en proyectos solares y en el desarrollo del hidrógeno verde, especialmente los erigidos en el Sahara.
Estos proyectos forman parte del objetivo común de reducir las emisiones de CO2 y promover una economía baja en carbono en el Mediterráneo.
En el ámbito de la seguridad, Francia y Marruecos podrían reforzar su asociación en materia de lucha contra el terrorismo y estabilización del Sahel. Con alrededor de 1.500 militares marroquíes comprometidos en operaciones de mantenimiento de la paz en África, Marruecos se posiciona como un actor clave en la región.
Francia, que recientemente ha reducido su presencia militar en el Sahel, desea apoyarse en la experiencia marroquí para mantener una mayor inspección de los grupos extremistas activos en esta zona.
Esta cooperación podría incluir transferencias de tecnologías de vigilancia avanzadas y ejercicios militares conjuntos para mejorar la coordinación entre las fuerzas armadas francesas y marroquíes.
Esta visita de Emmanuel Macron a Marruecos, nos confiesa una fuente bien informada, “es un momento clave en la redefinición de las relaciones entre París y Rabat” en un momento en que Francia “desea afirmar su posición como socio privilegiado y estratégico del Reino consolidando su cooperación económica, militar y de seguridad con Rabat.
París quiere “sentar así las bases de una alianza
renovada y más equilibrada”.
“Este punto de inflexión en las relaciones franco-marroquíes ilustra un enfoque de normalización que va más allá de los simples desafíos bilaterales para inscribirse en una visión regional ambiciosa, donde Marruecos se posiciona como el principal aliado de Francia en el norte de África”